lunes, 8 de junio de 2015

Prehistoria y edad antigua de Sevilla

Prehistoria y edad antigua de Sevilla
La historia conocida de Sevilla empieza hace unos 3.000 años cuando el navegante fenicio Melkart recorría el Mediterráneo y fundó Kart-tago en el Norte de África. Posteriormente, atravesó el estrecho de Gibraltar entrando en el Océano Atlántico. Recorrería la costa y fundaría Gádir y luego remontaría el Guadalquivir hasta llegar a donde actualmente se encuentra Sevilla, donde fundaría una factoría comercial en una isla que se encontraba en el espacio donde actualmente se encuentran la Plaza del Salvador, la Cuesta del Rosario y la Plaza de la Pescadería. Por sus proezas, Melkart sería reconocido como semidios por la cultura fenicia, pasaría a la mitología griega como Heracles y, posteriormente, a la romana como Hércules. El estrecho de Gibraltar se llamó en el periodo helénico las Columnas de Hércules.


Los nativos llamaban Spal o Ispal a este poblado, en el que se cruzaron influencias turdetanas (nombre que dieron los romanos a los pueblos indígenas del Valle del Guadalquivir), tartésicas (nombre que dieron los griegos al reino indígena que controlaría la zona), fenicias (los colonizadores provenientes de Fenicia), y cartaginesas (los provenientes de Cartago, colonia norteafricana fundada por los fenicios).





La Sevilla primitiva recibió influencias de los comerciantes fenicios, enriqueciéndose y desarrollándose culturalmente con el aporte pacífico de éstos. Esta colonización comercial cambió drásticamente a partir del protagonismo alcanzado por los cartaginenses tras la caída de las metrópolis fenicias ante el imperio persa . Esta nueva fase de la colonización púnica implicaba la penetración territorial mediante la conquista militar, lo que las fuentes griegas posteriores interpretan como la destrucción de Tartessos tras una lucha a muerte con Cartago, afectando a la Sevilla de la Cuesta del Rosario, siendo durante el curso de las distintas batallas cuando la ciudad sucumbió, suponiendo así el fin de la época tartésica en Sevilla.

Las tropas romanas entran en el 206 a. C., durante la Segunda Guerra Púnica, bajo las órdenes del general Escipión y acaban con los cartagineses que habitaban y defendían la región, siendo sus sucesores en el sur peninsular. El general fundó Itálica, en la localidad cercana de Santiponce, sobre dos colinas. Posteriormente, en el lugar que sería la actual ciudad de Sevilla, Julio César fundó la "Colonia Julia Romula Hispalis", latinizando el nombre del poblado indígena original de la ciudad en Hispalis, añadiéndole "Julia" por su propio nombre y "Rómula" por el de Roma, fórmula habitual en la toponimia de las colonias romanas. Paulatinamente Hispalis se consolidó como uno de los centros industriales más importantes de la Bética, mientras que la cercana Itálica se configuró como ciudad residencial genuinamente romana en la que nació el emperador Trajano.




En el año 49 a. C., Hispalis poseía muralla y foro, con actividad mercantil portuaria. Con el advenimiento del imperio, Hispalis se convirtió en capital de uno de los conventos jurídicos de la Baetica, provincia senatorial cuya capital era Corduba.


A mediados del siglo II d.C. hubo un par de intentos de invasión por parte de los moros (mauris), que fueron finalmente expulsados por arqueros romanos.
A partir del siglo V, Sevilla fue tomada por los invasores Germánicos.

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